Si bien muchas cosas en el camino hacia la 5G son inciertas, es fácil imaginar la aparición de casos de uso nuevos e innovadores. Para comprender cómo estos cambiarán los requisitos de infraestructura, los agrupamos en tres categorías: banda ancha móvil mejorada, IoT y aplicaciones de misión crítica. Estos casos de uso requerirán que el rendimiento de la red aumente 10 veces los niveles actuales en todos los parámetros de la red, medidos por la latencia, el rendimiento, la confiabilidad y la escala. Para llegar allí, los operadores móviles deben invertir en todos los dominios de la red, incluido el espectro, la infraestructura de la red de acceso por radio (RAN), la transmisión y las redes centrales (Anexo 1).Cobertura 5G
Muchos elementos de la tecnología 5G actual se basan en redes 4G, en lugar de representar una salida completa, y eso significa que los operadores móviles pueden adoptar un enfoque evolutivo para la inversión en infraestructura. Por ejemplo, los operadores podrían comenzar mejorando la capacidad de su macro red 4G existente reconfigurando una parte de su espectro 2G y 3G, o adquiriendo espectro adicional cuando esté disponible. De esta manera, pueden retrasar las inversiones en 5G al evolucionar a funciones LTE y LTE-Pro, como 4x4 o MIMO masivo (una tecnología de múltiples entradas y múltiples salidas). Este enfoque evolutivo será el camino natural para la mayoría de los operadores, permitiéndoles minimizar las inversiones mientras el potencial de ingresos incrementales de 5G sigue siendo incierto.
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